1. El Camino de Santiago no es una Maratón, ni una pista donde se pone a prueba la resistencia física de las personas. Más bien es un banco de prueba para tu humildad y una lección realista de tus posibilidades humanas y espirituales.
2. El auténtico camino es el que cada uno va haciendo por dentro. Ese pude hacer que te encuentres a ti mismo y transformes tu vida.
3. Para hacer la peregrinación es necesario entender que el tiempo es un don que se nos da, saber medir los sesenta minutos de una hora por una velocidad punta de 5 kilómetros. Si te dejas llevar por el arrebato de las prisas correrás el peligro de pasar por el camino sin que éste pase por ti.
4. Optimismo y alegría, sencillez y sinceridad, capacidad de sacrificio y contemplación, apertura a los demás y delicadeza, solidaridad y limpieza, han de ser las cualidades de un autentico peregrino jacobeo.
5. Prepara ya tu ligera mochila para la peregrinación, pero no olvides que el equipaje más importante es tu sensibilidad y actitud de búsqueda.
6. Inicia el viaje sin ningún tipo de prejuicios: ni hacia tus hermanos peregrinos de otras naciones, ni hacia las sencillas gentes de los pueblos, ni hacia las raíces religiosas de la peregrinación. Ante todo sé humilde y libre. N olvides que en cualquier recodo del camino te puedes encontrar con Dios.
7. El peregrino que no tiene la capacidad de admirar y leer en los acontecimientos más sencillos no está capacitado para percibir el fondo de las cosas.
8. Abre bien los ojos al paisaje, la sensibilidad del arte, la gratitud a quien te ofrece hospitalidad, la mirada a las estrellas, con un sano humanismo hacia los hombres del camino y el alma de Dios.
9. Respeta y aprende a leer la Naturaleza. Dios la creó para todos. Ella puede enseñarte y ayudarte mucho. Tú formas parte de ella y debes ser el altavoz que canta la creación.
10. Durante la peregrinación no te encierres en ti mismo. Haz de tu camino un encuentro constante. Sal de ti y comunícate; expresa tu experiencia. Defiende tus certezas y vivencias superando toda la frontera.
11. A veces una canción musitada dará fortaleza en tus pies cansados, y en otras ocasiones el silencio será el mejor canto para repensar tu vida en profundidad.
12. Habla con letrados y campesinos con humildad y respeto. Respeta la historia de los viejos tiempos. Si alguien te hace daño o no te acoge, sonríele en silencio.
13. Sentirse rechazado y abandonado de los demás duele, pero en ocasiones puede suscitarnos una cura de humildad benéfica. Si te confunden con un truhán o un mendigo habrás experimentado en carne propia lo que los hombres hacemos con los “pobres”.
14. Al llegar a Compostela, da un abrazo a Santiago. Reza y dale gracias. Aprovecha para ganar la Indulgencia Plenaria, confesando, comulgando y pidiendo por el Papa.
De la Guía Espiritual del Peregrino
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